Desde hace algunos meses está radicado en Lille, Francia y al igual que los hermanos Ithurriague está feliz de hacer esta hermosa experiencia que ya conocía porque su hermano había tenido dicha oportunidad. Aunque al principio mucho no le conformaba la idea, "cuando vi que los mellizos se engancharon con el tema, la historia fue diferente porque podíamos estar juntos en las reuniones previas, en los campamentos. Eso me motivó más. Y más me enganché cuando luego de la selección de países a los que podía asistir, me tocó Francia al que había puesto en el primer lugar. Esa elección fue por mi hermano que retornó muy contento por los momentos vividos. También había colocado Bélgica, Suiza." Lejos de pasar lo que había pensado previamente, el viaje, la llegada a destino y conocer sus nuevas familias, no fueron difíciles para Manuel, "nunca había volado en avión, temía el tema de las escalas, pero afortunadamente todo lindo. Horas de vuelo, horas de muchas preguntas que me hacía en cuanto a lo que vendría en mi vida. Al arribar estaba la gente del Rotary, la familia que me recibió con quienes no podía hablar una palabra porque sólo me manejaba con el poco inglés que tengo. Me llevaron a mi casa que está ubicada a unos cincuenta minutos de Paris. A lo primero no sabía ni cómo saludarlos, pero ella me abrió los brazos y yo le di un beso pero me faltó uno, porque en esta zona son dos besos. Hay zonas que se dan hasta cuatro besos. Fue un momento incómodo". La zona donde vive es en los altos de Francia, se llama Amiens precisamente la ciudad de donde surge el actual Presidente, Macrons, "mi familia es amiga del Presidente", dijo Manuel que cuenta que la ciudad cuenta con 130 mil habitantes y que es donde murió Julio Verne. La característica es que siempre tiene una llovizna. Normalmente nieva en invierno, "sería una especie de Tandil" la definió. El intercambista es alumno del Instituto Mauro Golè, establecimiento al cual asisten otros intercambistas del exterior. Manuel concurre a un colegio público, "cuenta con unos 6000 alumnos, tiene cuatro pisos y está dentro de una ciudad escolar donde hay otras escuelas y universidades. Primer día mi "hermano" me esperaba para ingresar. Luego de conocer el establecimiento, fuimos al aula y ahí tuve otro momento incómodo porque lógicamente me tuve que presentar y todos me miraban, pero las palabras del Profesor me alentaron y me integraron al grupo. Los jóvenes dedican la mayor parte de su día a la escuela. A mí gusta más la libertad que tenemos en Argentina. Pensé iba a ser más difícil, porque los franceses dicen que son fríos, pero no puedo decir lo mismo. Tengo un montón de amigos y la paso bien. Si tenemos que hacer comparaciones en cuanto a colegios, puedo decir que hay días que vengo de noche a la escuela y me voy de noche. Son muchas horas. Una vez que te acostumbrás, se te pasa. Pudo hacer sido eterna la primer semana". Fue en principio una experiencia difícil para Manuel, porque no están cerca sus seres queridos, pero hay otra familia que lo contiene y él dice haberse adaptado rápidamente, "pasó mucho tiempo con mi papá con quien salgo a andar en bicicleta, mi hermanito con quien juego al básquetbol, a la play. Ellos me fueron ayudando con el idioma, porque me daban cinco palabras para aprender y me iban como tomando exámen. Además me pagaban las clases de francés. Con la segunda y tercera familia también tengo muy buen trato. Que haya chicos y animales para mí era importante. En la primera familia no había animales y no sabés lo que se extraña" Manuel no tiene problema con el tema gastronómico y en la charla resaltó que no hay muchas diferencias con la Argentina, pero sì que abundan los quesos, "todo las comidas tienen quesos, abrís la heladera y siempre tienen variedad de quesos" y al igual que los hermanos Ithurriague el tema puntualidad horaria y seguridad vial, son aspectos que también le sorprenden a Manuel, "nada que ver con el país, en los servicios públicos que son extremadamente puntuales, subís y no hay nada rayado roto, al subir todos saludan, siempre respetuosos a todos se los trata de usted. Ni hablar de las normas de tránsito. Todo se respeta". Manuel tuvo otro lindo momento en Francia y fue el 20 de octubre cuando se encontró con su amigo Ramiro Ithurriague y Sophie, una belga que estuvo de intercambio en Maipú y precisamente se alojó en la casa de los Fontana. Anécdotas tiene un montón, pero la que vivió en el parque dice Manuel es inolvidable ciertamente, "fue en los primeros días que había llegado, la familia me llevó a un parque que es uno los más grandes de Europa y en ese momento me subí a una montaña rusa y como nadie me acompañó subí sólo, ellos me dijeron que me esperaban en la salida pero al bajar no había nadie. Estuve una hora desencontrado con ellos, el reencuentro fue en el baño con mi hermanito quien me pidió perdón porque no sabía que iba a salir tan rápido. Fue un momento complicado, porque no tenía manera de comunicarme con ellos ya que no tenía el teléfono habilitado", cerró el maipuense que sigue practicando handball, el deporte que más le gusta junto al fútbol, lo hace dos veces por semana, dos horas». En la fotografía que ilustra esta nota, se puede observar a Manuel Fontana acompañado de otro maipuense que hace el intercambio, Ramiro Ithurriague y Spphie, una joven belga que vivió en la casa de la familia Fontana en nuestra ciudad, como parte del intercambio. Los tres se reunieron en Francia a fines del año 2019.