De ese modo, el sistema de educación obligatoria nacional -desde nivel inicial hasta la secundaria- pasaría a ser considerado un servicio esencial al igual que los hospitales, la producción y distribución de agua potable, energía eléctrica y gas, y el control del tráfico aéreo. Eso implica que se debe garantizar una prestación de servicios mínimos para evitar su interrupción.
“Tenemos que poner en crisis que determinados gremios puedan hacer 25 paros en un año. Eso está mal. Debe haber una causa extremadamente grave para convocar a una huelga. No me cabe duda que entre el derecho a la educación y el de la huelga, yo estoy a favor del derecho a la educación. Los únicos beneficiados del sistema educativo deben ser los chicos”, señaló Finocchiaro.
Finocchiaro fue ministro de Educación durante el Gobierno de María Eugenia Vidal en la provincia de Buenos Aires y luego sucedió a Esteban Bullrich al frente de la cartera nacional. (DIB)