La magistrada elaboró un informe de 43 páginas que concluye con el rechazo a la recusación y la elevación del incidente a la sala primera de la Cámara Federal porteña, para que sea el tribunal de apelaciones el que decida si le corresponde seguir interviniendo en la causa.
Las diferencias entre la jueza y la querella surgieron a partir de la línea de investigación vinculada al diputado nacional Juntos por el Cambio (JxC) Gerardo Milman, a quien un testigo dijo haberlo escuchado en un bar hacer supuestas referencias al atentado contra la Vicepresidenta dos días antes de que ocurriera.
La querella siempre se quejó del hecho de que la jueza se negara a secuestrar los teléfonos celulares de las dos asesoras que acompañaba a Milman el 30 de agosto en la confitería Casablanca cuando, según un testigo de la causa, habría pronunciado la frase: “Cuando la maten yo voy a estar camino a la costa”.
La jueza expuso los motivos de aquel rechazo, que se encuentra apelado ante la Cámara Federal porteña y relató las medidas dispuestas en relación a esa pista a la vez que aseguró que aún se investiga en la causa el posible vínculo entre una de las asesoras de Milman con una persona que habría tenido vínculo con los imputados.
La magistrada dedicó la parte final de su escrito a responder, de a uno, los cuestionamientos que le realizara la querella en relación al abordaje de distintas líneas de investigación, como por ejemplo la pista Carrol, referida al militante y referente de la Nueva Centro Derecha, Hernán Carrol, a quien Sabag Montiel mencionó en una carta en la que le asignó la misión de designarle un abogado defensor.
La jueza señaló que, aún cuando Carrol no estaba imputado, se dispusieron medidas como un análisis de ubicaciones de antenas de telefonía celular para constatar si se había reunido con los imputados y luego relató por que no secuestró los teléfonos celulares del militante derechista ni de su amigo Martín Almeida, quienes habían tenido algún contacto con Uliarte y Sabag Montiel.
(DIB) ACR