En un momento el bloque kirchnerista cuestiona mi silencio al ser éste un tema de campaña muy mencionado por nuestro espacio. Rápidamente, el concejal Albaitero de LLA respondió que eso es un error, ya que el representante del AMRA local y quien tiene actividad en la zona de esa Asociación, precisamente soy yo, por lo que la equivocación del kirchnerismo quedó en evidencia. Y también esta situación cumple con una máxima: “LAS ACCIONES VALEN MAS QUE MIL PALABRAS”

Hace años, que cómo profesional de la salud y dada mi actividad gremial, que es previa a mi actividad política, tengo reuniones con profesionales de la salud para estudiar esas mismas problemáticas que dan origen a la demanda por incumplimiento realizada desde AMRA Nacional.

Aprovecho mi derecho a réplica para explicar a la sociedad la situación de los profesionales de la salud, en especial de nuestro municipio.

Los profesionales de la salud tenemos que lidiar con básicos municipales que están debajo de la canasta básica o jubilaciones indignantes porque el municipio liquida mal los sueldos hace años, esto es histórico. Nuestro régimen laboral tiene un marco legal (ley de carrera hospitalaria 10.471) que si se cumpliera se estaríamos lejos de todo esto. Cabe aclarar que el hospital municipal adhiere a la ley de carrera hospitalaria provincial que regula el régimen laboral no solo de médicos sino también de otros profesionales de la salud. (Lic en enfermería, y otras profesiones de la salud)

Por supuesto que esto se agravó en los últimos años, pero es indignante que suceda con gente que ha dedicado toda su vida a la sanidad de nuestro pueblo, sean médicos, enfermeros o técnicos, aún con profesionales especialistas, que no solo estudian 7 años para ser médicos, sino que se forman en otros 4 o 5 para especializarse, eso no se valora. Ni hablar de la formación continua que requieren los profesionales de la salud y del deterioro en su salud por el pluriempleo. 

El profesional de la salud no es un sacerdote, a pesar que muchas veces se confunde nuestra profesión con la beneficencia.

Los últimos trascendidos en salud acerca de lo lejos que están los sueldos de los profesionales respecto al de las autoridades sanitarias (directores/secretarios) fue la gota que rebalsó el vaso.

Por lo general el profesional que cree debe tener una mejora salarial habla directamente con las autoridades, muchas veces sin tener respuestas, lo que aumenta el descontento.

Creemos que se deben terminar estos arreglos personales y cumplir con la ley. Nadie debería depender de la autoridad de turno para mejorar su salario o caer en gracia con las autoridades para tener una buena jubilación por ser director o cualquier otro cargo transitorio. Por eso decimos que hay que sacar la política del hospital, las autoridades deben gobernar, no hacer política en un lugar tan sensible, gobernar es cumplir con la ley.

Es común que al profesional se le diga que si estamos encuadrados en una ley con carga horaria de 36 hs se nos pague por 24 hs, porque esas horas son las que se hacen "por arreglos internos". Pero nadie se entera de esos arreglos hasta que uno pregunta. Si hubo arreglos habrá sido en la década del 80 cuando el municipio decidió adherir a la ley 10471 de carrera hospitalaria. Sinceramente desconocemos “arreglos” donde solo se tiene en cuenta una parte.

 
En este ejercicio de la profesión, somos los únicos que pagamos para trabajar, pagar una matrícula, pagar un seguro de responsabilidad profesional que cada día es más alto porque el pluriempleo aumenta el tema de la responsabilidad profesional, llamado mala praxis. Un médico a determinada hora ya no tiene la capacidad que tiene cuando empieza a trabajar, después de las 10 o 12 horas, ya está agotado psicológica, mental y físicamente, lo que lleva a un mayor error en especial en situación de pluriempleo. Esta condición de pluriempleo perjudica la calidad médica y hoy día es común hasta en jubilados, peor aún con esos montos mal liquidados.

Por eso hablamos también de condiciones laborales, que se respete quien es quien y donde está parado cada uno, la carrera hospitalaria incorpora éstas condiciones, por eso pedimos que se respete la ley. Insisto el Municipio adhiere a la ley de carrera hospitalaria, pero no la cumple. Salir del pluriempleo significa dignificar a los profesionales de la salud que son el alma de toda institución sanitaria, y dignificarlos no solo es cumplirles con lo que les corresponde respecto a su salario, sino también respecto a las condiciones laborales o sea tener en cuenta las condiciones que antes mencioné. Es triste que el Hospital Municipal a pesar de la buena condición edilicia y tecnológica siga teniendo estas desinteligencias en el recurso humano que hace años estoy denunciando.

No somos los enemigos, queremos lo que es justo, lo más normal del mundo es que personas de una misma profesión se junten para hablar, interiorizarse y hacer valer su profesión. Llamamos a todos los bloques partidarios a interiorizarse del tema, nos es raro que se niegue lo que corresponde al médico raso y se acepte sin reparo lo que no corresponde a las autoridades sanitarias.

Por último quiero hacer una aclaración acerca de otro tema no menor que quedó de una de las últimas sesiones del concejo deliberante, el voto NEGATIVO de nuestro bloque representado por el concejal Emiliano Albaitero al oponerse a la compra de un Resonador.

Claramente estamos a favor de los avances tecnológicos y nos encanta la idea que nuestro hospital tenga un resonador, es más, a principio de año fue una de las posibilidades respecto a alguna ayuda de Nación ofrecida al Intendente, actualmente en uso de licencia. Aclaro que somos agradecidos de la generosidad de las donaciones que todo el mundo conoce”

PERO

Nuestro concejal fue claro al rechazar el pliego de licitación pública para adquirir un Resonador, principalmente por inconsistencias en la licitación.

 
Esto, en criollo significa lo siguiente: se está comprando a la ligera, fue en sesión extraordinaria, con un pliego que no se puede analizar con tiempo ya que lo tienen un breve momento los concejales, en ese tiempo no se puede analizar, cuántos años de uso tiene, si estuvo roto (reacondicionado) y qué repuesto se cambió, su marca o modelo, su vida útil,  las condiciones de mantenimiento. Igualmente lo que más llamó la atención, es que el resonador sea 0,23 TESLA, con deficiencias graves a la hora de estudiar órganos vitales como el cerebro. La nota enviada a los concejales menciona lo contrario, pero es un error. Cualquiera que tenga un trauma encefálico o ACV dónde peligra la vida será deficiente.

Quizás haya sido simpático para los concejales aprobar la compra de un artefacto de calidad dudosa o les resultó "inclusivo" que sea un resonador ABIERTO o "garpaba políticamente" tener una foto o un titular con la nueva adquisición, pero eso no justifica una compra a tontas y locas, menos con dinero de los maipuenses. Creería que los concejales con el dinero de su bolsillo no comprarían una cosa sin tener la información correcta o con esas características.

Por supuesto que no es una opinión personal, sino que consultamos con especialistas en el tema. Estas  consideraciones serían avaladas por cualquier profesional médico con honestidad intelectual. Por lo que todo esto nos da a entender que esa compra fue una decisión política más que una decisión asesorada o sanitaria. Todo esto nos parece muy grave.

En el recinto se escuchó un concejal indignada por el voto negativo, en especial por el "que diría el vecino de ese voto negativo", pero realmente no nos preocupa si ese voto le cae mal al vecino, lo que si nos preocupa es que en el futuro sea un dolor de cabeza y de bolsillo para todos.

 
Con frecuencia repetimos lo mismo:

Vinimos a la política a NO ser políticamente correctos
El 2023 demostró que una gran mayoría pide que se haga lo MORALMENTE CORRECTO siendo una VERDAD INCÓMODA.

Somos el verdadero cambio radicalizado, nuestras decisiones no se basan en si son empáticas o no, en todo caso estamos formados para explicarle a doña Rosa el porqué de esas decisiones para que profundice y reflexione.

Fabio Cesar Salomón